Este juego milenario, también considerado deporte-ciencia-arte, creemos puede aportar herramientas para el desarrollo cognitivo y social de los estudiantes. Pretendemos generar espacios en torno al ajedrez; clases, competencias, jornadas de confraternización con otras instituciones educativas, salidas didácticas y más.
Antes de entrar en lo estrictamente deportivo, me gustaría compartir lo que se ve “de afuera” en un torneo de ajedrez, algunas bondades de esta herramienta educativa y social. Si bien parece un deporte individual donde dos rivales desarrollan una batalla intelectual pretendiendo dar caza al rey enemigo, son muchas las cosas que pasan antes que suceda eso. El jugador de ajedrez desarrolla la empatía en cada partida, en cada jugada! Sus decisiones no dependen de sí mismo, de sus ideas, de sus objetivos o de sus planes, obligadamente tiene que ponerse en el lugar del otro. Su rival también tiene planes, y la clave del ajedrez radica en esta cuestión: utilizar un pensamiento anticipativo. Cada jugada es una decisión, que puede venir con aciertos o errores y sea cual sea el caso la responsabilidad es de quien movió la pieza y de nadie más. Pensar antes de actuar en estos tiempos de aceleración continua es una herramienta útil para cualquier actividad de nuestra vida, herramienta que promueve el ajedrez.
El ajedrez es un deporte de damas y caballeros. Al inicio y al final de cada partida los contendientes se saludan deseándose un buen juego. Las diferencias quedan a un lado, solo observan las piezas y el tablero porque lo demás carece de importancia. Es algo muy lindo de presenciar.
Podés ganar, empatar o perder pero al final siempre ganas. En los ratos libres se puede observar a los chicos de la U.T.U, liceos, escuelas y colegios compartiendo momentos, comentando partidas, comiendo juntos, riéndose. Mostrando un comportamiento y una camaradería dignos de reproducir y por momentos olvidados.
Profesor Santiago Rodríguez
Antes de entrar en lo estrictamente deportivo, me gustaría compartir lo que se ve “de afuera” en un torneo de ajedrez, algunas bondades de esta herramienta educativa y social. Si bien parece un deporte individual donde dos rivales desarrollan una batalla intelectual pretendiendo dar caza al rey enemigo, son muchas las cosas que pasan antes que suceda eso. El jugador de ajedrez desarrolla la empatía en cada partida, en cada jugada! Sus decisiones no dependen de sí mismo, de sus ideas, de sus objetivos o de sus planes, obligadamente tiene que ponerse en el lugar del otro. Su rival también tiene planes, y la clave del ajedrez radica en esta cuestión: utilizar un pensamiento anticipativo. Cada jugada es una decisión, que puede venir con aciertos o errores y sea cual sea el caso la responsabilidad es de quien movió la pieza y de nadie más. Pensar antes de actuar en estos tiempos de aceleración continua es una herramienta útil para cualquier actividad de nuestra vida, herramienta que promueve el ajedrez.
El ajedrez es un deporte de damas y caballeros. Al inicio y al final de cada partida los contendientes se saludan deseándose un buen juego. Las diferencias quedan a un lado, solo observan las piezas y el tablero porque lo demás carece de importancia. Es algo muy lindo de presenciar.
Podés ganar, empatar o perder pero al final siempre ganas. En los ratos libres se puede observar a los chicos de la U.T.U, liceos, escuelas y colegios compartiendo momentos, comentando partidas, comiendo juntos, riéndose. Mostrando un comportamiento y una camaradería dignos de reproducir y por momentos olvidados.
Profesor Santiago Rodríguez